Documentos
Opinión
30/03/2008
DERECHOS LINGUISTICOS Y ENSEÑANZA
Suelen decir que una mentira a fuerza de ser repetida mil veces acaba convirtiéndose en verdad.
Esa es, al parecer, la esperanza de los portavoces de la denominada "Plataforma por la pluralidad lingüística" que vienen repitiendo hasta la saciedad que el Gobierno Vasco está vulnerando su derecho constitucional a educar a sus hijos en su lengua materna.
Esa es, al parecer, la esperanza de los portavoces de la denominada "Plataforma por la pluralidad lingüística" que vienen repitiendo hasta la saciedad que el Gobierno Vasco está vulnerando su derecho constitucional a educar a sus hijos en su lengua materna.
El Correo
Y es que, por más que lo repitan, no existe un derecho constitucional a educar a los hijos en la lengua materna de sus padres. El Tribunal Constitucional se ha pronunciado ya sobre esta cuestión, y lo ha hecho precisamente en sentido contrario al que mantienen los portavoces de la Plataforma. Así, en la Sentencia 337/1994 señala textualmente que "no existe un derecho a la libre opción de la lengua vehicular en la enseñanza".
El propio Ararteko ha informado de estos extremos a los miembros de la "Plataforma por la Pluralidad lingüística" tras recibir una reclamación de ésta. Les ha explicado que la Doctrina del Tribunal Constitucional ampara la proposición no de ley, aprobada por el Pleno del Parlamento Vasco en diciembre de 2005, que instaba al Departamento de Educación, Universidades e Investigación a que comenzara a estudiar un nuevo modelo que garantice en el ámbito de la enseñanza todos los niveles de competencia en las dos lenguas oficiales de la comunidad y a que, como único medio para garantizar la aplicación del nuevo modelo, reformara la legislación sobre enseñanza.
El Ararteko, además, ha advertido a la Plataforma que estudiar en lengua materna no es un derecho constitucional, que la ordenación lingüístico-educativa es una opción del legislador vasco. Pese a ello, y por lo tanto de forma consciente, los Portavoces de la Plataforma siguen amparándose en una visión propia, deformada, reduccionista e interesada de la Constitución Española. Flaco favor le hacen a la Constitución quienes la manipulan a su antojo y la utilizan como arma arrojadiza en defensa de sus pretensiones.
Si preocupante resulta la utilización maniquea de la Constitución Española, resulta indignante la manipulación del Estatuto de Gernika. El Secretario de la Plataforma ha declarado que "el Estatuto habla del derecho a conocer y hablar el Euskera, no impone una obligación que vulnera las libertades individuales". Ciertamente el Estatuto de Autonomía del País Vasco, en su artículo sexto, establece que todos los habitantes de Euskadi tienen el derecho a conocer y usar el castellano y el Euskera, pero añade en el apartado segundo del mismo artículo que las Instituciones de la Comunidad Autónoma arbitrarán y regularán las medidas y medios necesarios para asegurar el conocimiento de ambas lenguas. Obsérvese que la expresión utilizada por el Estatuto es "arbitrarán", imponiendo por lo tanto a las instituciones vascas la obligación de asegurar, de garantizar por tanto, el conocimiento de ambas lenguas oficiales.
Este deber, impuesto por el Estatuto de Autonomía, es también un deber constitucional. La Administración Pública Vasca tiene el deber constitucional de establecer un sistema educativo en el que Euskera y Castellano sean enseñados en los centros escolares con la intensidad suficiente para permitir cumplir el objetivo de garantizar el deber constitucional de asegurar el conocimiento de ambas lenguas oficiales. Este principio fue establecido por el Tribunal Constitucional en Sentencia número 88/1983, en la que el Alto Tribunal señaló asimismo que las lenguas oficiales han de ser enseñadas en los centros escolares con la intensidad que permita alcanzar el citado objetivo.
Eso es precisamente lo que pretende ahora el Gobierno Vasco mediante el Decreto 175/2007 por el que se establece el currículo de la educación básica. Y contra esto es contra lo que se revela un grupo de padres que pretenden simple y llanamente hacer valer un pretendido derecho a que sus hijos no lleguen a conocer las dos lenguas oficiales de la Comunidad Autónoma Vasca.
Es evidente, y en esto coinciden incluso los miembros de la "Plataforma por la pluralidad lingüística" que el actual sistema educativo no garantiza el aprendizaje de Euskera y Castellano. Es evidente, por lo tanto, que es necesaria una reforma del sistema educativo que incluya una revisión de los modelos lingüísticos, de modo que se garantice el conocimiento de las dos lenguas oficiales de la Comunidad Autónoma. En esta reforma, como en toda labor normativa, es deseable el mayor de los consensos, pero sobre todo es obligado el deber que el Estatuto de Gernika impone a nuestras instituciones de arbitrar los medios necesarios para asegurar el conocimiento de ambas lenguas.
Por último, no podemos acabar estas líneas sin hacer una referencia a la denominación elegida por la "Plataforma por la pluralidad lingüística". Resulta curioso el nombre elegido por quienes reivindican el derecho a que sus hijos no conozcan una de las lenguas de su país, y es que frente a la pluralidad de lenguas que pretende el Curriculo, frente al plurilinguismo que deseamos para nuestros hijos la inmensa mayoría de los padres y madres vascos, los miembros de esta Plataforma prefieren el monolingüismo del castellano, y lo que es mas grave, pretenden presionar a las instituciones y centros Educativos para que hagan dejación de su obligación de garantizar el conocimiento de ambas lenguas oficiales.
El propio Ararteko ha informado de estos extremos a los miembros de la "Plataforma por la Pluralidad lingüística" tras recibir una reclamación de ésta. Les ha explicado que la Doctrina del Tribunal Constitucional ampara la proposición no de ley, aprobada por el Pleno del Parlamento Vasco en diciembre de 2005, que instaba al Departamento de Educación, Universidades e Investigación a que comenzara a estudiar un nuevo modelo que garantice en el ámbito de la enseñanza todos los niveles de competencia en las dos lenguas oficiales de la comunidad y a que, como único medio para garantizar la aplicación del nuevo modelo, reformara la legislación sobre enseñanza.
El Ararteko, además, ha advertido a la Plataforma que estudiar en lengua materna no es un derecho constitucional, que la ordenación lingüístico-educativa es una opción del legislador vasco. Pese a ello, y por lo tanto de forma consciente, los Portavoces de la Plataforma siguen amparándose en una visión propia, deformada, reduccionista e interesada de la Constitución Española. Flaco favor le hacen a la Constitución quienes la manipulan a su antojo y la utilizan como arma arrojadiza en defensa de sus pretensiones.
Si preocupante resulta la utilización maniquea de la Constitución Española, resulta indignante la manipulación del Estatuto de Gernika. El Secretario de la Plataforma ha declarado que "el Estatuto habla del derecho a conocer y hablar el Euskera, no impone una obligación que vulnera las libertades individuales". Ciertamente el Estatuto de Autonomía del País Vasco, en su artículo sexto, establece que todos los habitantes de Euskadi tienen el derecho a conocer y usar el castellano y el Euskera, pero añade en el apartado segundo del mismo artículo que las Instituciones de la Comunidad Autónoma arbitrarán y regularán las medidas y medios necesarios para asegurar el conocimiento de ambas lenguas. Obsérvese que la expresión utilizada por el Estatuto es "arbitrarán", imponiendo por lo tanto a las instituciones vascas la obligación de asegurar, de garantizar por tanto, el conocimiento de ambas lenguas oficiales.
Este deber, impuesto por el Estatuto de Autonomía, es también un deber constitucional. La Administración Pública Vasca tiene el deber constitucional de establecer un sistema educativo en el que Euskera y Castellano sean enseñados en los centros escolares con la intensidad suficiente para permitir cumplir el objetivo de garantizar el deber constitucional de asegurar el conocimiento de ambas lenguas oficiales. Este principio fue establecido por el Tribunal Constitucional en Sentencia número 88/1983, en la que el Alto Tribunal señaló asimismo que las lenguas oficiales han de ser enseñadas en los centros escolares con la intensidad que permita alcanzar el citado objetivo.
Eso es precisamente lo que pretende ahora el Gobierno Vasco mediante el Decreto 175/2007 por el que se establece el currículo de la educación básica. Y contra esto es contra lo que se revela un grupo de padres que pretenden simple y llanamente hacer valer un pretendido derecho a que sus hijos no lleguen a conocer las dos lenguas oficiales de la Comunidad Autónoma Vasca.
Es evidente, y en esto coinciden incluso los miembros de la "Plataforma por la pluralidad lingüística" que el actual sistema educativo no garantiza el aprendizaje de Euskera y Castellano. Es evidente, por lo tanto, que es necesaria una reforma del sistema educativo que incluya una revisión de los modelos lingüísticos, de modo que se garantice el conocimiento de las dos lenguas oficiales de la Comunidad Autónoma. En esta reforma, como en toda labor normativa, es deseable el mayor de los consensos, pero sobre todo es obligado el deber que el Estatuto de Gernika impone a nuestras instituciones de arbitrar los medios necesarios para asegurar el conocimiento de ambas lenguas.
Por último, no podemos acabar estas líneas sin hacer una referencia a la denominación elegida por la "Plataforma por la pluralidad lingüística". Resulta curioso el nombre elegido por quienes reivindican el derecho a que sus hijos no conozcan una de las lenguas de su país, y es que frente a la pluralidad de lenguas que pretende el Curriculo, frente al plurilinguismo que deseamos para nuestros hijos la inmensa mayoría de los padres y madres vascos, los miembros de esta Plataforma prefieren el monolingüismo del castellano, y lo que es mas grave, pretenden presionar a las instituciones y centros Educativos para que hagan dejación de su obligación de garantizar el conocimiento de ambas lenguas oficiales.
Nuestros Autores
-
Andoni Ortuzar
-
Iñigo Urkullu
-
Gorka Urtaran Agirre