Agiriak
Iritzia
2008/09/07
LA REALIDAD DEFORMADA
El pasado domingo, y en este diario, el Secretario de Economía del PP del País Vasco, Manuel Uriarte, escribía un artículo bajo el título "La burbuja de Ibarretxe" en el que mantenía la tesis de que tras la aparente fortaleza de la economía vasca se esconde una burbuja que está a punto de explotar ante la inactividad del Gobierno Vasco.
El Correo
Sus recetas para evitar el desastre al que, en su opinión, se dirige la economía vasca, son bien sencillas: contener el gasto corriente, aumentar la población y, por supuesto, abandonar lo que denomina "obsesión" por imponer el euskera. Con estas medidas, mantiene Manuel Uriarte, el País Vasco podría volver a ser una de las regiones más prósperas de Europa.
Es una constante en el Partido Popular, que comparte en buena medida el Partido Socialista, intentar convencer a los ciudadanos vascos de que viven mal, de que la situación económica de Euskadi es desastrosa, y de que la responsabilidad de esa situación recae sobre el Gobierno Vasco y sobre el nacionalismo vasco en general.
Esta propaganda, así como la ingente tarea de desinformación que llevan sin descanso sobre todo desde el partido popular, obtienen algún resultado en el estado español, donde hay ciudadanos mal informados por interés mediático que piensan que en Euskadi cierran las fábricas, el desempleo es masivo y estamos en ruina. Es sabido que en el nacionalismo español hay quienes mantienen que mientras los vascos vivamos bien no resultará posible desbancar al PNV del poder, y que en consecuencia hay que procurar del modo que sea que la economía vasca vaya a peor.
Sin embargo supongo al señor Uriarte una persona conocedora de la verdadera situación de la economía vasca, dada su responsabilidad dentro del Partido Popular. Así estoy convencido de que conoce que el crecimiento económico de la Comunidad Autónoma Vasca es muy superior a la media de la OCDE, habiendo alcanzado en el año 2.007 el 3,8%, frente al 3,4% de España ó el 2,2% de la eurozona. Seguro que el señor Uriarte sabe también que la renta per cápita de la Comunidad Autónoma Vasca alcanza los 30.599 euros, frente a los 23.396 de España, o los 22.270 de media de la Unión Europea a 27, ó que la inversión en I+D en porcentaje sobre el Producto Interior Bruto alcanza el Euskadi el 1,17% frente al 0,57% del conjunto del Estado, y ello pese a que los sucesivos gobiernos españoles se han negado de forma reiterada a transferir, entre otras, la competencia de I+D tal y como establece el Estatuto de Gernika que incumplen sin rubor alguno.
Estoy también sucesivamente seguro de que el Sr. Uriarte sabe que el Índice de Desarrollo Humano de Euskadi asciende al 0,964, situándose en tercer lugar mundial tras Islandia y Noruega, y muy por encima del estado español, y del resto de países de nuestro entorno geográfico. Este índice mide los logros de un país en tres dimensiones básicas: una vida larga y saludable -plasmada en una alta expectativa de vida al nacer-, un alto nivel de conocimiento -medido por la tasa bruta de escolarización combinada y por la tasa de alfabetización de adultos- y por un nivel de vida digno -PIB per cápita.
En resumen, y por no abrumar con datos estadísticos, estoy absolutamente convencido de que el Partido Popular conoce todos y cada uno de los datos que permiten afirmar que Euskadi es, en términos objetivos, un país privilegiado desde el punto de vista económico, de empleo, y de calidad de vida.
Sin embargo todos estos datos no pueden empañar la visión deformada que el Partido Popular quiere dar de la realidad vasca. Euskadi ha de ser un país en el que todo va mal por el mero hecho de estar gobernado por nacionalistas. Así ha de ser y si es preciso tergiversar la realidad para mantenerlo, se hace.
Mantiene el Sr. Uriarte que el principio de que "como aquí no se vive en ningún sitio" ha dejado de ser cierto si nuestros jóvenes se van fuera a encontrar mejores posibilidades de desarrollo personal. No seré yo quien diga si se vive mejor en Euskadi ó en otros sitios; se trata en muchos casos de una percepción subjetiva en cuyo fundamento se encuentran causas no solo de índole económico. Sin embargo si que hay datos objetivos que permiten afirmar que en Euskadi se vive mejor que nunca, desde el punto de vista económico y de desarrollo humano; tenemos una tasa de médicos por cada 100.000 habitantes de 494, frente a los 391 de España o los 428 de la Unión Europea; tenemos una tasa de escolaridad universitaria del 38,5% frente al pobre 29,2% de España y el 34,5% de la Unión Europea. Es precisamente ese altísimo nivel de formación de los jóvenes vascos el que les permite trabajar en Vitoria, Madrid, Londres o Singapur. Eso no constituye un problema, sino la demostración palmaria de lo que ha avanzado nuestra sociedad.
Durante los últimos treinta años, y bajo gobiernos nacionalistas, el nivel de desarrollo de la sociedad vasca ha crecido de forma espectacular. Los ciudadanos vascos vivimos mejor que nunca, aunque este nivel de desarrollo se ve empañado por la lacra del terrorismo.
No reconocer que es así y que en el origen de esta situación se encuentran el dinamismo de nuestra sociedad y un buen gobierno es actuar con mezquindad.
Es una constante en el Partido Popular, que comparte en buena medida el Partido Socialista, intentar convencer a los ciudadanos vascos de que viven mal, de que la situación económica de Euskadi es desastrosa, y de que la responsabilidad de esa situación recae sobre el Gobierno Vasco y sobre el nacionalismo vasco en general.
Esta propaganda, así como la ingente tarea de desinformación que llevan sin descanso sobre todo desde el partido popular, obtienen algún resultado en el estado español, donde hay ciudadanos mal informados por interés mediático que piensan que en Euskadi cierran las fábricas, el desempleo es masivo y estamos en ruina. Es sabido que en el nacionalismo español hay quienes mantienen que mientras los vascos vivamos bien no resultará posible desbancar al PNV del poder, y que en consecuencia hay que procurar del modo que sea que la economía vasca vaya a peor.
Sin embargo supongo al señor Uriarte una persona conocedora de la verdadera situación de la economía vasca, dada su responsabilidad dentro del Partido Popular. Así estoy convencido de que conoce que el crecimiento económico de la Comunidad Autónoma Vasca es muy superior a la media de la OCDE, habiendo alcanzado en el año 2.007 el 3,8%, frente al 3,4% de España ó el 2,2% de la eurozona. Seguro que el señor Uriarte sabe también que la renta per cápita de la Comunidad Autónoma Vasca alcanza los 30.599 euros, frente a los 23.396 de España, o los 22.270 de media de la Unión Europea a 27, ó que la inversión en I+D en porcentaje sobre el Producto Interior Bruto alcanza el Euskadi el 1,17% frente al 0,57% del conjunto del Estado, y ello pese a que los sucesivos gobiernos españoles se han negado de forma reiterada a transferir, entre otras, la competencia de I+D tal y como establece el Estatuto de Gernika que incumplen sin rubor alguno.
Estoy también sucesivamente seguro de que el Sr. Uriarte sabe que el Índice de Desarrollo Humano de Euskadi asciende al 0,964, situándose en tercer lugar mundial tras Islandia y Noruega, y muy por encima del estado español, y del resto de países de nuestro entorno geográfico. Este índice mide los logros de un país en tres dimensiones básicas: una vida larga y saludable -plasmada en una alta expectativa de vida al nacer-, un alto nivel de conocimiento -medido por la tasa bruta de escolarización combinada y por la tasa de alfabetización de adultos- y por un nivel de vida digno -PIB per cápita.
En resumen, y por no abrumar con datos estadísticos, estoy absolutamente convencido de que el Partido Popular conoce todos y cada uno de los datos que permiten afirmar que Euskadi es, en términos objetivos, un país privilegiado desde el punto de vista económico, de empleo, y de calidad de vida.
Sin embargo todos estos datos no pueden empañar la visión deformada que el Partido Popular quiere dar de la realidad vasca. Euskadi ha de ser un país en el que todo va mal por el mero hecho de estar gobernado por nacionalistas. Así ha de ser y si es preciso tergiversar la realidad para mantenerlo, se hace.
Mantiene el Sr. Uriarte que el principio de que "como aquí no se vive en ningún sitio" ha dejado de ser cierto si nuestros jóvenes se van fuera a encontrar mejores posibilidades de desarrollo personal. No seré yo quien diga si se vive mejor en Euskadi ó en otros sitios; se trata en muchos casos de una percepción subjetiva en cuyo fundamento se encuentran causas no solo de índole económico. Sin embargo si que hay datos objetivos que permiten afirmar que en Euskadi se vive mejor que nunca, desde el punto de vista económico y de desarrollo humano; tenemos una tasa de médicos por cada 100.000 habitantes de 494, frente a los 391 de España o los 428 de la Unión Europea; tenemos una tasa de escolaridad universitaria del 38,5% frente al pobre 29,2% de España y el 34,5% de la Unión Europea. Es precisamente ese altísimo nivel de formación de los jóvenes vascos el que les permite trabajar en Vitoria, Madrid, Londres o Singapur. Eso no constituye un problema, sino la demostración palmaria de lo que ha avanzado nuestra sociedad.
Durante los últimos treinta años, y bajo gobiernos nacionalistas, el nivel de desarrollo de la sociedad vasca ha crecido de forma espectacular. Los ciudadanos vascos vivimos mejor que nunca, aunque este nivel de desarrollo se ve empañado por la lacra del terrorismo.
No reconocer que es así y que en el origen de esta situación se encuentran el dinamismo de nuestra sociedad y un buen gobierno es actuar con mezquindad.
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