El Partido Nacionalista Vasco ha conseguido que la concejala de Asuntos Sociales haya reconocido esta mañana que el Ayuntamiento no hace evaluación del control de fraude en las ayudas sociales municipales y que, de existir, es muy poco. “Es escandaloso que el alcalde lleve desde el mes de julio denunciando abusos en el cobro de ayudas y que hoy hayamos tenido que escuchar cómo el PP admite que en el Ayuntamiento no se evalúa el fraude y que desconoce su cuantía”, ha manifestado el portavoz del PNV, Gorka Urtaran. 

Según los datos solicitados por el Grupo Nacionalista y aportados hoy en comisión de Políticas Sociales por el equipo de gobierno, el 40% de los marroquíes residentes en Vitoria recibe ayudas sociales municipales y no el 70% como dice el alcalde una y otra vez. El segundo dato falso aportado durante estos meses por Javier Maroto es que perciben 800 euros al mes. Según los datos hechos públicos hoy por Ainhoa Domaica (PP), la media de lo que perciben entre los dos tipos de prestaciones económicas que gestiona el Ayuntamiento es de 266 euros al mes (no 800).

“Además de mentir respecto a las cuantías económicas, el PP ha tenido que admitir que en toda la legislatura no ha realizado ni una sola evaluación del protocolo del fraude. Es muy grave que no se haya molestado en cuantificar el presunto abuso cuando todo el día está transmitiendo mensajes alarmistas en ese sentido. Además, el volumen de dinero que gestiona el Ayuntamiento es lo suficientemente importante -5,6 millones- como para tomarse en serio su control”. Urtaran ha vuelto a incidir en que si lo que se plantea es mejorar los instrumentos para el control de las ayudas, cuenta con el apoyo e iniciativa del PNV. “Ahora bien, Maroto lo que está planteando es un recorte de derechos que afecta a muchas personas, no solo inmigrantes, y que lamina el estado de bienestar. Ahí no va a encontrar nunca nuestro apoyo. Recorte de trampas, sí; recorte de derechos, no”.

Precisamente en el recorte de las trampas es donde Maroto no ha hecho nada. “Debido a su inacción y falta de implicación, no sabemos cuál es el porcentaje real de fraude, ni de qué tipo es, ni si existen nuevas fórmulas, ni qué colectivos lo practican en mayor número… Lamentablemente todas las manifestaciones de Maroto sobre fraude no se sostienen en datos reales porque se carece de los mismos. Es muy grave que el alcalde, que quiere ser el adalid de la lucha contra los abusos en las ayudas sociales, haya renunciado a evaluar el control del fraude en las prestaciones de las que es responsable”.

Respecto a la recogida de firmas, el líder de la oposición municipal considera “irresponsable e ilógico” que el alcalde-parlamentario, pudiendo llevar directamente al Parlamento la modificación de criterios para recibir la RGI, plantee ahora una recogida de firmas en la calle. “Es absolutamente incoherente que recurra a esa fórmula cuando el PP ha rechazado todas las iniciativas legislativas populares que se han presentado hasta ahora o cuando no interviene en los turnos populares de los plenos municipales para evitar el debate o cuando no escucha las reclamaciones de los gasteiztarras en muchos otros temas. Maroto no quiere participación ciudadana; lo único que quiere es mantener este debate hasta las elecciones pese a que ello genere tensión y crispación social. Quiere recoger  firmas de vitorianos contra vitorianos, pedir a los vecinos que firmen contra sus propios vecinos. Me pregunto qué cara van a poner los mas de 2.000 jóvenes VTV que están buscando su primer empleo, las amas de casa que nunca han trabajado fuera de casa o los más de 10.000 gallegos, extremeños, andaluces, catalanes,… que llevan menos de 10 años en nuestra ciudad cuando se enteren de que Maroto está recogiendo firmas para declararlos ciudadanos de segunda”, ha añadido.

Ante esta situación, Urtaran ha solicitado una reunión urgente con el alcalde para reiterarle la necesidad de reconsiderar su propuesta y acordar un Pacto por la cohesión social y la colaboración interinstitucional para mejorar la gestión de las ayudas, sin recortar derechos.