( …) Así como nuestro pueblo necesita encontrar un lugar entre los pueblos, así 
también nuestra lengua tiene que encontrar un lugar entre las lenguas: un lugar suficiente, que asegure su continuidad y desarrollo sin aventuras maximalistas (…)

(Koldo Mitxelena)

El 3 de Diciembre es el Día Internacional del Euskera. El día de reivindicar el valor universal del euskera, así como el espacio que corresponde al euskera entre las demás lenguas. Un día para la celebración y para reafirmar nuestro compromiso de usar el euskera cada vez más y cada vez para más cosas.

Abundan los motivos de celebración en torno al euskera. El primero de todos, por supuesto, es el crecimiento que ha registrado en estos últimos 30 años, especialmente en el terreno de su conocimiento. En efecto, en estos últimos años, el euskera ha crecido a razón de 0,5 puntos anuales, y lo ha hecho de un modo estable y sostenido. Pero también el uso del euskera ha crecido nítidamente en ese mismo período, y, lo que es aún más importante, el euskera se utiliza hoy en ámbitos a los que era completamente ajeno. Es precisamente ese crecimiento el que ha situado el caso del euskera a un nivel modélico a escala internacional, hasta el punto de ser materia de estudio por especialistas de todo el mundo.

El euskera puede también celebrar que los tres factores que han abierto el camino a tan sólida revitalización (un marco legal suficiente, una política lingüística eficaz y adecuadamente dotada, y la adhesión de la ciudadanía, junto con un amplio consenso social y político) han incidido de manera coordinada y sostenible en la Comunidad Autónoma de Euskadi. En efecto, es el gran crecimiento registrado en ese territorio el que nos permite hablar, en términos generales, de un avance patente del euskera, a pesar de que los datos relativos a Iparralde y Navarra apunten en otra dirección.

El euskera puede celebrar, asimismo, que el referido avance se ha realizado tomando como norte la cohesión social, nunca contra ninguna otra lengua, ni menos aún contra los hablantes de ninguna otra lengua. Antes bien, el camino recorrido hacia la revitalización del euskera es un camino que conduce a la convivencia entre las lenguas y sus hablantes, y en ello reside, precisamente, otro de los motivos de celebración en torno al euskera: son numerosos los ciudadanos y ciudadanas, instituciones y agentes que han hecho su aportación a la revitalización del euskera, y, además de numerosos, son también muy diversos, y esa diversidad y pluralidad es, precisamente, el más fértil de los terrenos para que florezca la colaboración en pro del fomento del euskera. El euskera nos necesita a todas y todos, cada cual con sus ideas y opiniones, cada cual con sus propuestas y aportaciones, pero todos unidos por una política lingüística sostenible y eficaz. Dejando de lado para siempre toda utilización partidista del euskera, porque el euskera necesita de la política, no de la politiquería.

Y cuando afirmamos que el euskera nos necesita a todos y todas, tenemos bien presente que el euskera, como cualquier otra lengua, lo que por encima de todo precisa es ser utilizado. Si el euskera es nuestra lengua, también es nuestra la responsabilidad de usarlo, porque los vascohablantes somos su único aliento. El Día Internacional del Euskera nos brinda una excelente ocasión para reafirmar nuestro compromiso de usar el euskera cada vez más y cada vez para más cosas.

Usemos, por tanto, el euskera, y trabajemos unidos por un amplio y profundo consenso capaz de conducir al euskera hacia un futuro de esplendor.

Porque el euskera nos necesita a todos, y todos necesitamos del euskera.