Gorka Urtaran se ha mostrado muy preocupado ante el repentino cambio de planes del equipo de gobierno sobre el modelo de gestión de la nueva estación de autobuses. “Hace tan solo dos meses, el concejal de Urbanismo y teniente de alcalde anunciaba que la gestión iba a ser indirecta porque se trataba de la mejor formula de explotación. Ahora, el alcalde aboga por la gestión directa. Esto es un auténtico despropósito y preocupan mucho los bandazos del equipo de gobierno en un proyecto tan importante como éste. Maroto está cometiendo un grave error, pues está definiendo el modelo de gestión, no en base a la fórmula más eficaz para ofrecer un buen servicio, sino buscando un modo de eludir el pago de impuestos. Éste no es el mejor ejemplo de gestión pública por la imagen que se traslada a la ciudadanía y por las consecuencias que puede tener en el día a día de la estación de autobuses. El propio Interventor municipal señala que el modelo de explotación de la estación no debe hacerse en base al impacto del IVA, como plantea Maroto, sino buscando el mejor servicio”, ha señalado el portavoz nacionalista.

A esta situación se suma la denuncia de irregularidades en la realización de las obras de la estación de autobuses de la plaza de Euskaltzaindia. Por un lado, EAJ-PNV ha constatado que la empresa adjudicataria de esta construcción acumula hasta 180 días de retraso en el pago a subcontratistas, cuando la ley no permite que se superen los 60 días. En algunos casos, este retraso puede estar llegando a alcanzar los 240 días. Por otra parte, el Ayuntamiento no dispone de ninguna información previa sobre qué porcentaje de los trabajos se está subcontratando y si se ha respetado el porcentaje máximo permitido, fijado en el 50%.

“Hay subcontratas, muchas de ellas locales, que se están viendo sometidas a cláusulas abusivas en la fórmula de cobro y ven comprometido su futuro por la falta de vigilancia del Ayuntamiento sobre la inversión más importante de esta legislatura. El PP no puede seguir haciendo la vista gorda con un proyecto de más de 15 millones de euros que, desde un primer momento, se ha caracterizado por la falta de planificación, previsión y seriedad”, ha señalado el portavoz nacionalista. “El pliego de condiciones que regula estas obras obligaba a la adjudicataria a informar por escrito y de forma anticipada sobre el porcentaje de subcontratación que iba a llevar a cabo, con qué empresas lo iba a realizar, qué parte de la prestación se pretendía subcontratar y por qué importe. Tras varias semanas de pesquisas, sólo hemos podido obtener un somero listado de las empresas subcontratadas. Estamos a pocos días de la fecha prevista para la entrega del edificio acabado y todavía no conocemos esa información”, añade Urtaran.

Un tercer factor preocupante es el reciente anuncio de la construcción de un carril exclusivo para el acceso de autobuses a la estación en la rotonda de América Latina. Urtaran ha recordado que uno de los argumentos que justificaron el traslado de la estación de autobuses a la plaza de Euskaltzaindia era el de evitar tráficos de paso por esta rotonda. Para el líder de la oposición, la construcción de este carril se convierte en un nuevo ejemplo de improvisación. “Va a ser la segunda ocasión en menos de tres años en que se tiene que rediseñar una de las zonas de la ciudad con mayor circulación de vehículos. Inicialmente se dijo que la afección de la estación al tráfico de la zona iba a ser mínima y ahora se nos presenta de repente un nuevo carril para autobuses del que todavía no sabemos ni cómo va a ser, ni cuánto va a costar, ni cuándo se va a realizar. El tiempo nos está dando la razón cuando advertíamos de los problemas que iba a acarrear colocar esta infraestructura en la plaza de Euskaltzaindia. Entretanto, desconocemos cuándo se pondrán en marcha las mejoras acordadas con el vecindario mediante la puesta en marcha de la supermanzana de Lakuabizkarra”, añade Gorka Urtaran.

La necesidad de construir un nuevo carril para reordenar el tráfico en la zona y las dudas sobre cómo se gestionará la estación hacen que el PNV ponga en tela de juicio las previsiones de apertura de la nueva terminal. “Primero se publicitó que la estación sería una realidad en verano de 2014. Ahora, el alcalde reconoce abiertamente que habrá que esperar hasta comienzos del próximo año. Viendo todo lo que queda por concretar, no hay ninguna garantía sobre cuándo podremos ver en funcionamiento la nueva estación”, constata el portavoz nacionalista.

Para Gorka Urtaran, la estación de autobuses se ha convertido en el símbolo de una política de tierra quemada y de actuaciones basadas en la improvisación, sin la reflexión necesaria, con la que Maroto se empeñó en romper a cualquier precio la herencia del alcalde anterior. “Costó 1.200.000 euros trasladar el proyecto de estación del parque de Arriaga a la plaza de Euskaltzaindia. No sabemos cuánto va a costar la reordenación del tráfico derivada de este traslado y Maroto no ha dado ninguna garantía sobre si la gestión directa por parte del Ayuntamiento puede hacerse con equilibrio económico. Actuar con tanta ligereza con el dinero y los proyectos estratégicos de Vitoria-Gasteiz no es de recibo”, ha concluido el portavoz de EAJ-PNV.